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Casasús: aceptación y diálogo en Centro

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Kristian Cerino/ Águila o Sol/

Los habitantes de Tamulté de las Sabanas son selectivos cuando un aspirante a gobernar o legislar irrumpe en sus caseríos y calles con el propósito de convencerlos con propuestas y promesas electorales.
Las crónicas han registrado un sinfín de abucheos a políticos que retornan con el tiempo, sin desfachatez alguna ante el incumplimiento de sus ofrecimientos, en la búsqueda de un nuevo cargo público. Un último caso: aquel legislador que no pudo subir al templete en un acto político por su voto a favor de la Ley Dedazo, la que frenó la elección de delegados municipales.
Los pobladores de esta zona indígena saben a quiénes sí, y a quiénes no, les abren espacios para el dialogo individual o colectivo. Por esta razón, sobresale el recibimiento a Daniel Casasús en este parque, cuya villa es de las más significativas del municipio de Centro. Una señal de que lograría el cometido, es decir, el diálogo con el conglomerado, fue la recepción con música de viento y carrizo, y con el desplazamiento de los danzantes del Caballito Blanco.
El parque, para los tamultecos, es un corazón lozano que late con fuerza en torno a las artes, como la música, la danza, la pintura y las palabras. Precisamente en este inmueble, Casasús, exdelegado estatal de Programas para el Bienestar, movió el corazón y arterias de hombres y mujeres reunidos el pasado viernes 24 de noviembre.
No solo contó su origen con Tamulté de las Sabanas por sus padres y abuelos. No solo prestó atención a los discursos de los oradores de la comunidad. No solo contó sus inicios en la política y la causa social de la mano del presidente Andrés Manuel López Obrador. No solo eso. Sino que expresó que «el corazón del pueblo es sabio, apasionado y justo (porque) pelea por la justicia», justicia (que) solo se puede conseguir alzando la voz con pasión y sentimiento», a través del «trabajo honesto por el bien común».
Casasús construye un puente discursivo con el de Javier May Rodríguez, si recordamos lo que dijo el precandidato único de Morena al gobierno de Tabasco en su más reciente visita a Aztlán: «que nunca más nos sintamos excluidos» y «que no regrese el abandono a los pueblos». En dos líneas, aunque no se lo dijo a alguien en particular, May resumió lo que ha sido el gobierno de Tabasco que representa Carlos Manuel Merino Campos y que aún ostenta Adán Augusto López Hernández. En un par de líneas está la razón del porqué el presidente Obrador redireccionó el rumbo de Tabasco en la figura de Javier May.
A estas categorías de exclusión y el abandono, hace referencia Casasús cuando señala la importancia del trabajo honesto para el bien común, cuando precisa —y conmovido— que es apremiante «la integración de sus tejidos sociales y la participación activa en la toma de decisiones». No debemos olvidar que los tamultecos y las diversas comunidades de la región, como Buenavista y otras más, condenaron la designación, y no elección, de sus autoridades municipales en Centro.
En este sentido, observo con atención el desplazamiento de aspirantes a la candidatura de Morena en Centro, así como sus posicionamientos visuales —carteles plastificados en fachadas de casas y edificios— en colonias, fraccionamientos y villas. Entre semana recorro segmentos de la capital y comunidades del municipio con el fin de percibir o sentir el pulso de la población en el rubro político. He visto, escuchado, y he seguido de cerca la información de cada aspirante. Si bien una decena de políticos, entre hombres y mujeres, aspiran a gobernar Centro, destaca la imagen de Daniel Casasús, cuya campaña ha venido de menos a más en este proceso interno de Morena.
@Librodemar


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