#Columna Prevención y riesgo inminente
Víctor Ulín/ Sin Remitente/
A partir de hoy que inicia la nueva normalidad, protegernos depende exclusivamente de nosotros.
Atendiendo las directrices nacionales, el gobierno del Estado puso en marcha una serie de acciones tendientes a desmovilizar a la población para contener a la pandemia, pero una buena parte no atendió ni entendió de las consecuencias de no quedarse en casa y de tomar la sana distancia o mantener una higiene constante.
Aunque con posiciones encontradas, la nueva normalidad en Tabasco reactivará paulatinamente las actividades económicas para tratar de evitar que la crisis se ahonde.
El riesgo de un nuevo rebrote es algo concomitante a la puesta en marcha de la nueva normalidad, sea hoy o mañana, como ya quedó demostrado en otros países.
Con un exponencial crecimiento de contagiados y fallecimientos ante el desacato o la falta de efectividad de varias medidas, aplazar la nueva normalidad en Tabasco fríamente no tiene sentido.
Hay que admitir que el gobierno ha intentado sensibilizar a la población sin el éxito que sí se ha tenido en otras entidades del país. Por más restrictivas que intentaron ser las medidas no fueron suficientes para aplacar a una muchedumbre que salió de sus casas y que multiplicó los contagios y fallecidos.
El gobernador Adán Augusto López Hernández informó que su administración cuenta con los recursos médicos para atender cualquier emergencia.
Esta semana será crucial para saber hasta dónde el sistema sanitario será suficiente ante un eventual rebrote que parece inevitable por una población que en su mayoría no fue solidaria ni con su gobierno ni sus paisanos.
Lo que resta es que cada uno de nosotros asuma su propia seguridad durante la reactivación de actividades ordinarias que a partir de hoy serán puestas en marcha en la nueva normalidad y que provocará una movilización de mucho riesgo.
