De renuncias y definiciones
Víctor Ulín/
Con el anuncio de renuncia a Fonatur para septiembre de Javier May Rodríguez y de licencia de la senadora Mónica Fernández Balboa para el mismo mes, ha iniciado en los hechos el proceso de selección del candidato de Morena al gobierno de Tabasco.
Si bien faltan definiciones, hay que dar por sentado que lo mismo harán los diputados Manuel Rodríguez González, que ha intensificado sus recorridos y ha tomado con mucha responsabilidad su aspiración; Óscar Cantón Zetina y Marco Rosendo Medina Filigrana; la alcaldesa Yolanda Osuna Huerta, Rosalinda López Hernández y hasta Raúl Ojeda que se aferra en seguir siendo juez y parte como presidente del Consejo Político Estatal de Morena.
Los otros dos que ya no son tomados tanto en serio porque simplemente no están en el radar ni en los medios como el resto de los aspirantes, pero que alzaron la mano en su momento, son los diputados Jaime Lastra y Mario Llergo Latournerie.
Renunciar si se es funcionario o pedir licencia si es legislador, es de facto una condición necesaria en Morena para quienes deseen seriamente contender por la candidatura. No solo porque el mismo Presidente Andrés Manuel López Obrador lo ha sugerido, sino porque será parte de las reglas que regirán el proceso interno.
Esta condición moral y eventualmente normativa permitirá saber hasta dónde quienes manifestaron su deseo de ser candidatos están dispuestos a dejar de percibir una dieta por casi año y medio y de formalizar sus aspiraciones renunciando y separándose del cargo respectivo.
Es el primer filtro que dejará solamente a los que tendrían reales posibilidades de disputar la postulación y de salir en buena posición en una primera encuesta como para poder aspirar a pasar a las finales en una segunda, asumiendo que la dirigencia nacional de Morena usará el mismo método de selección del candidato presidencial para el de gobernadores.
La lista de aspirantes de Morena al gobierno de Tabasco es ciertamente larga, pero realmente son contados con los dedos de una mano los que tienen trabajo, presencia y sobre todo aceptación entre los tabasqueños. Los demás, simples chapulines que preparan el salto a otro cargo o repetir en el que todavía mantienen.