Imparable
Víctor Ulín/
Es lógico -pero no justificable- que quienes detentaron el poder durante tanto tiempo -primero como priistas y luego como ex priistas en Morena- se resistan a dejarlo y hagan todo para impedir infructuosamente que Javier May Rodríguez – que tiene el respaldo moral del presidente Andrés Manuel López Obrador -sea el próximo Coordinador de Los Comités de la Defensa de la Cuarta Transformación y virtualmente el primer gobernador de izquierda en Tabasco.
Lo que parece que se les olvidó a los ex priistas que todavía tienen tomada la dirigencia de Morena con Tey Mollinedo, es que el mayor capital político y social en Tabasco es de Andrés Manuel López Obrador, el mismo que en el 2018 apoyó a Adán Augusto López Hernández para que fuese gobernador y después secretario de Gobernación y aspirante presidencial.
Al ofrecimiento de unidad y acuerdos que ha hecho permanentemente Javier May Rodríguez, el adancismo responde con amagos y fintas que son parte de una estrategia basada en la apariencia de lo que ya no tienen: el respaldo del Presidente y, lo más palpable, la aprobación del pueblo de Tabasco. Muestran que solo les queda la foto para evidenciar su declive político que ya se extiende a Chiapas.
Aun cuando continúen desafiando al Presidente y a su próxima sucesora, Claudia Sheimbaum, la verdad es que ni todo el ex priismo adancista podrá revertir el triunfo inexorable de Morena y de su virtual candidato, Javier May– como apuntan todas las encuestas, incluyendo la de ayer de MetricsMX en la que arrolla a sus adversarios con un 58.5 porciento de las preferencias de los tabasqueños.
Además de su propio activo político electoral (dos veces alcalde de Comalcalco, senador y funcionario federal, amén de una lucha histórica y congruente desde la izquierda), el próximo gobernador que por supuesto será de Morena, cuenta con el del presidente Andrés Manuel López Obrador y de la marca como partido, cuya aprobación de la gente es altísima en Tabasco, y el país.
En cambio, a ras de tierra, ante las personas de carne y hueso, los que padecieron y padecen el olvido e indiferencia de un gobierno que falló, los nombres de Adán Augusto López Hernández y de Carlos Merino Campos y de aquellos que se asumen como parte del grupo de los adancistas, es de rechazo. En su gobierno, simplemente hubo más de lo mismo, como si el PRI siguiera gobernando.
Así que pese a la resistencia de los adancistas, no es una sorpresa que Javier May Rodríguez sea recibido con las puertas abiertas en la casa de los tabasqueños que le expresan su respaldo y que aprovechan su visita también para denunciar el abandono del que son objeto.
En contraste con lo que desde su asunción se preveía con el gobierno de Adán Augusto López Hernández: que no haría diferencia ni con el de Arturo Núñez Jiménez, hoy los tabasqueños han puestos sus esperanzas en el primer gobierno genuinamente de izquierda que encabezaría -afirman las encuestas serias-, Javier May Rodríguez.
A la resistencia del adancismo que no se repone de su estrepitosa derrota en la elección interna presidencial de Morena, el pueblo de Tabasco le está respondiendo también y le responderá en la encuesta para seleccionar al Coordinador de los Comités de la Defensa de la Cuarta Transformación. Y ustedes, ya saben a favor de quién se volcará la gente y a quién le levantarán la mano el 30 de octubre de este año. Su triunfo es simplemente imparable.