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Toma el mando y extiende la mano

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Víctor Ulín/

A pesar que efectivamente los “adancistas” no dirigieren aún la derrota y que durante el pasado informe de gobierno de Carlos Manuel Merino Campos en el Congreso continuaron agrediendo, el virtual candidato de Morena a la gubernatura, Javier May Rodríguez, ha sido políticamente correcto y ha mostrado la madurez política que sus opositores no han tenido.

Aunque cuenta con el mayoritario apoyo de los tabasqueños que se vio reflejado en las encuestas y el apoyo moral del presidente Andrés Manuel López Obrador, suficiente para barrer en la próxima elección, ha ofrecido su mano amiga incluso a los que, como Raúl Ojeda, a través de sus voceros y amanuenses, lo insultaron, burlaron y difamaron en las redes sociales y sus columnas.

A nadie debería quedar duda  que Javier May Rodríguez está en la mejor disposición de privilegiar la unidad por encima de los ataques que padeció en su contra en el proceso interno de Morena para seleccionar al Coordinador de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación.

Pero quienes aun no lo entienden se llevarán un buen chasco si continúan subestimando a quien ya de facto tiene en sus manos la sucesión a la gubernatura y al resto de cargos de elección popular. Y que, por si no bastara, todo el apoyo del presidente Andrés Manuel López Obrador y su próxima sucesora.

Se confunden si interpretan erráticamente, por ejemplo, el gesto de Javier May Rodríguez de permitir que Tey Mollinedo, porrista principal de Adán Augusto López Hernández y enemiga número uno de Claudia Sheinbaum, virtual candidata presidencial, continúe como  dirigente del  partido.

El líder de los fundadores y próximo gobernador de los tabasqueños está dejando constancia, ante los ojos del mismo Presidente Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum, de su disposición a sumar y a unir en medio de quienes, “adancistas” todos, se consideran superiores social y políticamente.

En contraste con los “adancistas” que lo miran de arriba abajo, Javier May está dejando atrás las diferencias políticas e ideológicas  que históricamente ha tenido con Adán Augusto López Hernández, como cabeza de grupo, y hasta la exclusión de los fundadores de la actual administración estatal que dejará al Estado sumido en una crisis de credibilidad y financiera.

Desde ahora, con sus acciones y decisiones, Javier May está perfilando el estilo que seguirá como gobernante y líder moral de su partido. Pero insisto: sería un error que los “adancistas” vean debilidad, donde hay mucha experiencia política, pero, sobre todo, poder.


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