Ovidio, por la faena
Kristian Cerino/
Ovidio Peralta Suárez está en la séptima entrada del juego. Lo está ganando 4 a 1 y con facilidad completará los nueve innings a 17 días de que concluya la campaña electoral.
El candidato de Morena a la alcaldía de Comalcalco, como lanzador del juego, ha hecho también corridos de bases, ha conectado imparables, e incluso, ha tocado la bola a esos lanzamientos escabrosos. Pero como serpentinero, ha sido prudente y estratégico.
Si bien goza de la amistad del manager JMR, ha hecho lo más importante: estar consciente que, para ganar el juego, debe estar a la altura de las circunstancias. No hace lo que muchos harían en su lugar: caer en exceso de confianza y esperar el efecto de la misma elección y de sus actores principales. En contraparte, muchos sí esperan el milagro del “efecto”, como en Cunduacán, Nacajuca, Paraíso y Jalpa de Méndez.
Llevo poco tiempo de conocerlo, y en este periodo breve, lo he visto esforzarse para lograr la victoria en Comalcalco. Pese a las preferencias electorales que lo ponen con una ventaja de 30 puntos, se mantiene en la loma de los lanzamientos y hace rato que dejó de mirar el tablero de las entradas. El juego sigue 4-1 y al mantener la velocidad de la recta está garantizando el triunfo del equipo comalero. A esta altura del partido podría regresar a la caseta a descansar, pero dado sus estudios de contaduría, sabe que los números le dan la razón, no así lo que esté preparando, como estrategia, el equipo rival.
Desde que arrancó la campaña-temporada, Peralta Suárez ha jugado en estadios grandes (cabecera y villas), en estadios medianos (poblados y rancherías), así como en campos pequeños (ejidos) que requieren de un líder que mejore sus condiciones. Por lo que no ha dudado en exponer su plan de gobierno en torno a mejorar la vida de sus habitantes-aficionados. En la mayoría de las visitas, ha permanecido más horas de las programadas como cuando un juego está empatado y es necesario pasar a los extra innings.
Lo que ha observado un grupo de cronistas que le acompañan, es que su presencia es garantía de aforo, en las mismas casas y en los encuentros organizados en el parque central de las localidades…
Pero Ovidio Peralta Suárez no solo es observador de lo que sucede como todo pitcher sobre la loma. Es, además, un torero en plaza que con capa en mano esquiva todo animal vacuno. Por más que un astado ha intentado embestirlo, resuelve en lo inmediato y logra mantener su ventaja. Así ha pasado desde el primer día de temporada. Si bien ha cortado una oreja ante el júbilo del público que disfruta de la fiesta brava, aún está por llegar el momento en que el juez de plaza le otorgue una lidia perfecta: dos orejas y rabo. Y es lo que está por suceder en la proximidad del 2 de junio, día de la gran corrida tabasqueña. Mientras tanto, va por las banderillas y ve de reojo a su objetivo que se acerca, pero con kilaje menor, semejante al porcentaje que le han dado las casas encuestadoras: unos 15 kilos.
@Librodemar