Ensucian debate
Víctor Ulín/
Detrás de la cuestionada actuación del todavía consejero Juan Correa López en el tema del debate, no hay que descartar que haya intereses de portavoces del ex Gobernador Arturo Nuñez Jiménez, su verdadero jefe, el que lo impuso en el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco (IEPCT) que para variar tiene una presidenta que es fácilmente opacada por decisión u omisión, y que ha dejado que se contamine lo que debía ser ejemplo de transparencia y democracia.
La “selección” de los moderadores del debate entre candidatos al gobierno de Tabasco y el insultante pago que desde dentro del IEPCT reveló y cuestionó la contralora, Gaby Tello, vino a exhibir también al nuñista consejero electoral que ha vivido al amparo del presupuesto.
Como presidente de la Comisión Temporal de Debates, Juan Correa López no habría tenido, primero, empacho en generar condiciones para que resultaran favorecido moderadores presuntamente afines a los intereses de la ex vocera de Arturo Nuñez Jiménez, Dolores Gutiérrez, que por cierto cumple hoy la misma función para la candidata presidencial de la oposición, Xochitl Gálvez, y en proponerles el pago insultante de casi 500 mil pesos.
Ya en el tema, tendría también qué explicar -y no delegar como lo hizo ahora en el área administrativa- lo que se pagará a unos presuntos asesores – de los que se desconocen sus nombres- que tendrán la “difícil” labor de seleccionar las preguntas que hagan -si es que hacen- los ciudadanos a los candidatos que participarán en el debate.
Hay, además de un evidente desaseado proceso de selección de moderadores, intereses políticos que no garantizan un debate equitativo e imparcial entre candidatos al gobierno. El que hipotéticamente la nuñista y neo panista o priísta Dolores Gutiérrez estuviera interviniendo indirectamente a través del Consejero Juan Correa para promover a los moderadores pondría en desventaja en particular al candidato al gobierno de Morena, Javier May, y favorecería a Lorena Beaurregard como abanderada del PRI y PAN, e incluso a Juan Manuel Fócil, del PRD.
Por supuesto que no se espera que la ex vocera acepte que tiene intereses en el IEPCT o en lo relacionado con el debate. Al contrario. Pero no está demás que los consejeros electorales restantes, empezando por la presidenta Elizabeth Nava Gutiérrez, investiguen los vínculos políticos de los dos moderadores, conductores ambos -Marlene Escandón y Gilberto Quesada- y de qué tan profesional fue la selección de ambos y que en otras circunstancias no estarían en medio de este desaguisado que amaga con desacreditar y empañar el próximo debate y abonar a las pugnas internas que vive el IEPCT en pleno desarrollo del proceso electoral estatal.
Antes del debate, sería sano que tanto la selección, pago y vínculos políticos de los moderadores fueran aclarados por el consejero nuñista Juan Correa y por la presidenta del IEPCT que no puede ni debe mantenerse al margen de lo que sucede.