#Columna Censo a todos
Víctor Ulín/ Sin Remitente/
Las listas a mano que comenzaron a levantar este lunes y martes el personal de la Secretaria de Bienestar es un indicador fehaciente y valida que algo falló en la aplicación del Censo -concluido oficialmente el domingo 6 de diciembre- que ha suscitado una sonada inconformidad por cientos de ciudadanos que se quedaron esperando en su casa a los siervos de nación.
En prácticamente la mayoría de las colonias y comunidades inundadas, -de acuerdo con las distintas versiones de los afectados- quedaron muchas casas sin ser censadas porque a los siervos de la nación se les acabaron los formatos para continuar.
Por lo pronto, la Secretaría de Bienestar ofreció que analizará los casos específicos de las personas que salieron a quejarse de que no fueron censados, pero ya no dijo que podría extenderse la aplicación del censo.
No hay, sin embargo, que poner en entredicho a quienes están demandando ser censados, cuando basta cotejar los formatos que usaron los siervos de la nación en cada colonia o comunidad y compararla con el número de casas que hay en cada uno de esos lugares, para darse cuenta que quedaron muchos pendientes.
El problema, creemos, fue de origen y comenzó desde el momento en que se ofreció censar a todos los que resultaron afectados por las lluvias y el desborde de ríos, y jamás se precisó que solo serían unos cuantos de manera aleatoria.
Tampoco, en su momento, se dijo que el censo era solo para identificar lo que a consideración de la dependencia federal sufrieron daños en sus casas y pérdida de muebles o enseres domésticos.
El gesto generoso del gobierno federal de ayudar a la población afectada, se ve manchada por la desorganización y falta de información oportuna, precisamente para evitar lo que hoy está ocurriendo: centenares de personas exigiendo ser censados y beneficiado.
Por mucho que se busque resarcir los errores de quienes estuvieron al frente de la logística del Censo, lo sucedido tendrá sin duda un costo político electoral cuando los miles de afectados vean mañana o pasado las condiciones en las que quedaron sus hogares y que la promesa de ayuda no fue para todos.