El confinamiento, una oportunidad para cambiar nuestra vida emocional: Gómez Gallardo
Redacción/
La pandemia que vivimos debe ser vista como una oportunidad para cambiar como sociedad, desde el interior de las familias que es por donde se debe empezar, y darle importancia a lo que da felicidad y salud emocional completa, que es disfrutar del tiempo con nuestros seres queridos y reconstruir los lazos fraternales que impulsan los valores, expuso Cynthia del Carmen Gómez Gallardo, profesora investigadora de la UJAT.
En entrevista para el programa UJAT ConCiencia, la catedrática de la División Académica de Ciencias de la Salud, indicó que esta etapa de confinamiento provoca emociones y características negativas como irritabilidad, desesperación, poca paciencia y hasta agresividad, mismas que de permanecer por un plazo mayor a un día, nos dan signos de que algo no marcha bien con nuestra salud emocional.
“El estrés, insomnio, el incremento de la violencia de pareja e intrafamiliar, trastornos de la alimentación y hasta el consumo de drogas, son reacciones que se pueden convertir en un problema que hay que atender; en muchas ocasiones influye el número de integrantes de una familia y el espacio donde viven, por lo que la convivencia se convierte difícil, debido a la preocupación por solucionar necesidades alimenticias o de salud, aspectos que inciden de manera negativa sobre el estado emocional de las personas”, aseveró.
Al hablar sobre la salud mental durante y después de la pandemia, Gómez Gallardo puntualizó que las personas que están padeciendo emocionalmente el confinamiento, no enfermaron de repente, sino que ya traían alteraciones que eran controladas por la dinámica laboral y social, pero al no contar con distractores como el trabajo, salir al cine o hacer ejercicio, esos problemas se incrementan en esta etapa de distanciamiento.
Resaltó que la información inmediata sobre el COVID-19, tiene repercusiones negativas en la salud mental y emocional, debido a que la mayoría de las noticias que circulan en las redes sociales son falsas, y es que –dijo- desafortunadamente las personas solo consumen sin investigar la veracidad de lo que leen, por lo que recomendó verificar si la información que nos llega es real o no, antes de creerla y difundirla.
La profesora de la DACS, invitó a que en este espacio “libre”, en el que las actividades rutinarias han disminuido, las personas realicen una autoevaluación, reflexionen sobre sus emociones en un acto de ser francos con uno mismo, “poder mirar hacia el interior y ver qué pasa con nosotros emocional y mentalmente, nuestras necesidades reales son sentirnos queridos y respetados, vivir en convivencia armoniosa, siendo lo más importante las relaciones de amistad y familiares”, concluyó.