Guayabera PolíticaHoy escriben

Apunte doloroso…pero «necesario»

Comparte en tus redes sociales:

Columna Guayabera Política/

GUILLERMO HÜBNER DÍAZ/

 

Entre tantas frases que los presidentes –de Echeverría a Peña Nieto- han cincelado en la lápida del sepulcro que guarda los restos de la Revolución Mexicana, que ellos fusilaron y enterraron, la más patética quizá sea la de “Medidas dolorosas pero necesarias”, lanzada a la rosa de los vientos –con alguna variante en ciertos casos- tratando de convencer a la sociedad de que, tras su aplicación, cada crisis sería superada. Nada más falso que esto.

Viene a la memoria este ‘detalle’ presidencial, luego del mensaje del jueves 5 de enero, de un Presidente apresurado en aclararle a un pueblo que ya no acepta una mentira más, los porqués del alza del 20% a los combustibles, medida nefasta que daña el bolsillo de una población depauperada por el sistema político-económico imperante en el país, no se olvide que cerca de 70 millones de compatriotas hacen malabares cada día -debatiéndose entre la pobreza regular y la extrema-, para ver en cuál boca, entre los miembros de su familia, cae el mendrugo conseguido con múltiples y hasta peligrosos sacrificios.Entre tantas frases que los presidentes –de Echeverría a Peña Nieto- han cincelado en la lápida del sepulcro que guarda los restos de la Revolución Mexicana, que ellos fusilaron y enterraron, la más patética quizá sea la de “Medidas dolorosas pero necesarias”, lanzada a la rosa de los vientos –con alguna variante en ciertos casos- tratando de convencer a la sociedad de que, tras su aplicación, cada crisis sería superada. Nada más falso que esto.

LEA -1970-1976- cuyo paso por “su” partido, el Revolucionario Institucional -ingresó en 1946-, desempeñó sólo tres cargos –secretario particular, secretario de Prensa y Oficial Mayor-, todos bajo la tutela del presidente del CEN, general Rodolfo Sánchez Taboada, terminó el dominio presidencial de la familia priista histórica, iniciándose la de los burócratas “inteligentes” y a partir de Miguel de la Madrid Hurtado, la de los educados en universidades estadunidenses y/o  ex empleados de empresas de tal nacionalidad.

Hablaría en otra ocasión, de los logros, que los hubo, de la administración de Luis Echeverría, señalado como colaborador de la CIA y autor intelectual de la matanza de estudiantes del 2 de octubre del 68 en la Plaza de las Tres Culturas, mandato de Gustavo Díaz Ordaz siendo él secretario de Gobernación.

Otro hecho represivamente sangriento, ligado lo mismo a estudiantes y maestros, ocurrió siendo Presidente, conocido como El Halconazo o Matanza del Jueves de Corpus -10 de junio de 1971-, una manifestación en apoyo a estudiantes de Monterrey, disuelta a garrotazos, balazos y aprehensiones, responsabilizándose de ello al grupo paramilitar del Estado, Los Halcones.

Así, tratando de congraciarse no sólo con el mundo estudiantil sino con México entero, tomó medidas populistas aumentando el presupuesto de la UNAM, principalmente, en 1,688%, empleando en su gobierno a un 78% de egresados de la máxima casa de estudios mexicana, entre ellos el ex líder del 68: Francisco Javier Alejo, en la dirección del Fondo de Cultura Económica; el número de burócratas pasó de 600,000 en 72, a 2.2 millones en 76.

La escasez de petróleo en ese tiempo lo llevó a tomar medidas económicas y financieras que no fueron suficientes ni atinadas para detener siquiera los efectos de una crisis internacional que golpeaba al país, la inversión privada disminuyó, el gasto público se disparó incontroladamente, la Casa de Moneda emitió billetes de distinta valoración sin que la tuvieran realmente, la deuda externa aumentó de 6,000 millones de dólares heredada de Gustavo Díaz Ordaz, a más de 20,000 millones, lo que constituyó un escándalo mundial.

Los tabasqueños de 60 años o más recordarán la compra por parte del gobierno de LEA, de empresas cuasi quebradas dizque para mantener los empleos, operaciones estas en las que abundaron ineficiencias y corrupción que para el caso son una u única cosa.

El dólar, que desde 1954 valía de 12.50 pesos, pasó a 20 por billete verde -primera “medida dolorosa pero necesaria” en la historia reciente del país, y de ahí pa’l real-, la que empujó a una nueva devaluación al arribar a Los Pinos su amigo de juventud José López Portillo, generándose una verdadera catástrofe nacional.

Adicionalmente y ya casi para finalizar el sexenio de Luis Echeverría Álvarez, se desató en el país una ola de secuestros y asaltos a bancos por supuestos grupos de izquierda, los casos más sonados entre los primeros, fueron los del intento de secuestro y asesinato del empresario regiomontano Eugenio Garza Sada, el del gobernador electo de Guerrero, Rubén Figueroa Figueroa, el de uno de sus secretarios, el de Turismo, Julio Hirschfield Almada y el de su suegro José Guadalupe Zuno, casos en los que -dicho sea de paso- no fueron pocas las opiniones en el sentido de que el propio Presidente estaba inmiscuido.

La repetición de la frase que nos ocupa ha sido recurrente durante los mandatos de López Portillo, De la Madrid Hurtado, Salinas de Gortari, Zedillo Ponce de León, Fox Quesada, Calderón Hinojosa y Peña Nieto, porque las “crisis” provocadas por factores internos o externos, como sea, no han podido ser superadas –antes evitadas dentro de lo posible, claro está- en beneficio de los mexicanos, sino al contrario, agravadas por torpezas y complicidades con el Imperio norteño, haciéndonos sentir cada día como arrimados en nuestro país, tan rico en recursos pero tan pésimamente administrado y gobernado. Regresaremos.


Comparte en tus redes sociales:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *