La otra renuncia
/Víctor Ulín/
Aunque su nombre se ha citado menos, el ex gobernador interino, Carlos Manuel Merino Campos, también forma parte del escándalo y señalamientos que tienen a su amigo Adán Augusto López Hernández al borde de la renuncia a la presidencia de la Junta de Coordinación Política y de la bancada de Morena en el Senado.
En el análisis que seguramente ya está en el escritorio de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en torno a las acusaciones en contra del ex secretario de seguridad en Tabasco, la renuncia de Carlos Manuel Merino Campos a la dirección General de Aeropuertos y Servicios Auxiliares de México es solo cuestión de semanas o algunos meses, cuando haya bajado el tema de la agenda mediática que lleva casi un mes, y que ayer, por cierto, con el reportaje de Proceso volvió a las primeras planas y a retomar su vigencia en el país y el extranjero.
Es incluso más probable que antes que Adán Augusto López Hernández, el que sea llamado a cuentas por las autoridades sea Carlos Manuel Merino Campos para que explique su relación con el ex secretario de Seguridad Pública, Hernán Bermúdez Requena.
El ex priísta que gobernó durante tres años no es realmente un activo político de peso en Morena como para que se sienta su cese. Al contrario: es el eslabón más débil.
Hasta ahora, el ex gobernador interino ha optado por mantener un bajo perfil que, sin embargo, no lo ha librado tampoco de los señalamientos por haber mantenido en el cargo al entonces secretario de Seguridad Pública, ahora seguido por la autoridad.
En medio del escándalo que ya traspasó las fronteras nacionales y ocupa las primeras planas de diarios como el The New York Times, el País de España o CNN, para la presidenta Claudia Sheinbaum, Carlos Manuel Merino Campos es ya un lastre para su gobierno.
Es razonable que no lo haya cesado en un primer momento, pero la información que no ha dejado de publicarse dentro y fuera del país sobre su presunta corresponsabilidad, lo hace ya insostenible en el cargo en medio igual de las presiones del gobierno norteamericano que exige resultados en el combate a la inseguridad.
Ya sin el respaldo del que lo hizo diputado, senador y gobernador de Tabasco, que está ocupado en cómo librar los señalamientos, la suerte de Carlos Manuel Merino campos está por acabarse, y habrá de renunciar- o ser renunciado- de la dirección General de Aeropuertos y Servicios Auxiliares de México.
Para la Presidenta y Morena, es mejor empezar a poner distancia con quienes, como Carlos Manuel Merino Campos, nunca le sumaron votos al partido, pero mejoraron sus vidas al amparo del poder, y antes de que el tema siga escalando peligrosamente, previo a las elecciones del 2027.