Hoy escribenSin RemitenteVíctor Ulín

Avanzar pese a inercias

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Victor Ulín/

En 15 audiencias de territorio, en encuentros cara a cara con los tabasqueños, el gobernador Javier May Rodríguez ha puesto distancia con sus antecesores que solo llegaban a las comunidades en campaña y a veces a tomarse la foto en alguna obra de relumbrón.

Lo que atestiguamos con la nueva forma de hacer y ser del gobernador es el inicio de un nuevo régimen de un gobierno de izquierda que privilegia no solo con sus programas sociales, sino con sus obras, el bienestar de la gente.

El inicio y la puesta en marcha de este gobierno genuino no ha sido ni será fácil, empezando por una burocracia que tiene que cambiar su forma de servir a la gente y de inercias que mantienen una resistencia al cambio. A que las cosas sean diferentes, sin la lógica que imponía el priismo.

Nunca, hay que reconocerlo, habíamos visto a los secretarios despojados de privilegios y lejos de sus lujosas oficinas, atendiendo a los ciudadanos para resolver sus peticiones o necesidades. Antes, los titulares de las dependencias solo visitaban las cabeceras municipales para representar al gobernador estatal en la inauguración de la feria o para el informe del alcalde.

En el pasado quedaron los fastuosos y onerosos despliegues cuando los gobernadores rodeados de guardaespaldas, visitaban una comunidad de algún municipio para inaugurar una obra y que apenas tenían tiempo para estrechar la mano de ciudadanos.

Con Javier May no hay protocolos ni retórica de por medio. Basta que el ciudadano espere su turno para hablar con el gobernador y que se le atienda. Desde aquél que sale con su nueva silla de ruedas o bastón desde el lugar de audiencia, hasta el que pide la construcción de un parque o carretera para beneficio de su comunidad.

Si sus antecesores huían de los ciudadanos, Javier May privilegia los encuentros y el diálogo con la gente, porque, como bien lo ha dicho, la realidad se conoce caminando las comunidades y escuchando a los habitantes.

Es ciertamente una manera diferente de hacer y ser gobierno. Uno tan distinto que no se le parece en nada a todos los anteriores, incluyendo al de los ex priistas Adán Augusto López Hernández y Carlos Manuel Merino Campos que solo replicaron el viejo modelo de un PRI que no termina de irse.

 

 

 


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