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Sucesión en la DACSyH

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Víctor Ulín/
La elección del nuevo director de la División Académica de Ciencias Sociales y Humanidades (DACSyH) reviste importancia académica y políticamente por una sola, pero sustancial razón: se dará coincidentemente con la llegada y ejercicio ya del poder público y político del primer gobierno de izquierda que lidera Javier May Rodríguez y Morena.
No es, pues, una sorpresa que surja la pregunta entre la comunidad universitaria si finalmente llegará también la Cuarta Transformación a sus aulas, pasillos y directivos.
Nada fácil será para el nuevo director, entonces, empezar a generar otras condiciones distintas a las existentes para iniciar a transformar de fondo la manera de ejercer el poder académico de una de las divisiones más politizadas, cuando la crítica no siempre ha sido bien recibida y menos si proviene de docentes a fines al pensamiento de izquierda.
De la terna anunciada ayer que integran Ulises Chávez Vélez, Domingo de Dios Hernández y Guillermo Ramírez Armas, saldrá electo el nuevo director de la DACSyH y el responsable de iniciar un cambio que trascienda la retórica, sea para promover la calidad académica, una eficiente administración o la relación con la comunidad docente y estudiantil.
Hay una lectura clara de que el abogado y notario Ulises Chávez Vélez será el ungido por la Junta de Gobierno para dirigir los destinos de la DACSyH y que estará obligado a marcar una diferencia sustancial respecto a sus predecesores, algunos corridos literalmente por los alumnos.
Tendrá que demostrar en los hechos que al margen de pertenecer a una generación de políticos vinculados en su mayoría al PRI en proceso de extinción, la transformación es posible. Necesaria. Urgente.
No será, sin embargo, fácil avanzar, cambiar, imprimir una dinámica distinta cuando la DACSyH se convirtió en el refugio de una clase política priista de las más privilegiadas y que consideran de su propiedad la universidad que es de todos.
Pero ese precisamente será su principal desafío para que asuma un compromiso público y moral de hacer de la DACSyH, entre otras cosas, un espacio tolerante a la crítica, de respeto a la pluralidad, a la libertad de cátedra y a una administración transparente, abierta, incluyente, modesta, lejos de la arrogancia y la soberbia que suele dominar a muchos cuando tienen o ejercen el poder.
Habrá que irnos acostumbrando a que los temas que atañen a la UJAT, como la elección de sus directores o rectores, estarán bajo el escrutinio ciudadano y de una observación respetuosa, pero atenta y de interés legítimo, del gobierno que encabeza Javier May Rodríguez y Morena.


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