El “Adancismo” acotado
Victor Ulín/
Hay la falsa creencia que el grupo numeroso que encabezaba Adán Augusto López Hernández continúa como si nada hubiera pasado tras su derrota en la búsqueda de la candidatura presidencial. La verdad es que hoy el “Adancismo” ha quedado reducido a un Círculo Rojo de amigos -notarios la mayoría-, como aseguró Raúl Ojeda Zubieta, y que aquéllos que lo reconocían como su líder ahora buscan por cuenta propia su sobrevivencia política en Morena.
Las llamadas que nunca respondió y el encuentro que nunca ocurrió para saber qué seguía, llevaron a los seguidores y operadores políticos “Adancistas” a desconocer a quien en un momento llegó a ser el segundo hombre más poderoso del país después del Presidente.
El “Adancismo” simplemente como grupo político amplio desapareció y sobrevive con el Círculo Rojo cuyos integrantes mantienen con Carlos Manuel Merino Campos y José Antonio de la Vega el gobierno de Tabasco, desde donde, a menos de nueve meses de concluir, se siguen apropiando de posiciones como el Poder Judicial, previo al arribo del próximo mandatario, Javier May.
Hoy, va como ejemplo, los diputados Manuel Rodríguez, Mario Llergo y Marco Rosendo han logrado por sus propios medios ser considerados como operadores políticos por Claudia Sheinbaum, candidata Presidencial, que por supuesto está enterada que fueron abandonados a su suerte por Adán Augusto López Hernández, quien nunca tuvo el gesto ni de responderles una llamada.
Con su reciente aparición, porque andaba de vacaciones, Adán Augusto López Hernández solo confirmó que Claudia Sheinbaum no lo necesita como coordinador político -que no es igual a coordinador general de la campaña que desempeña Mario Delgado-, y que no forma parte de su grupo de confianza. Que lo tolera, pero que no lo acepta, y menos sus más cercanos.
Sin Adán Augusto López Hernández, Claudia Sheinbaum, ungida ayer como candidata presidencial, barrió en su precampaña a su adversaria opositora, Xóchitl Gálvez. Adán Augusto López Hernández no es indispensable para ganar la próxima elección del 2 de junio. Le basta con tener Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y hasta Gerardo Noroña que sí tienen capital político nacional.
También es falsa la versión de que la candidatura al Senado de su hermana es resultado de su presunta influencia o poder. Para nadie es un secreto que Rosalinda López Hernández recibió el respaldo moral del Presidente Andrés Manuel López Obrador para ser considerada en la lista. Habría que darle el mérito a la propia Rosalinda López y a su esposo, el gobernador saliente de Chiapas, Rutilio Escandón. Además, por si no fuera suficiente, no hay que olvidar que la candidatura al Senado ya era de la alcaldesa de Centro, Yolanda Osuna Huerta que la declinó, y que no hay duda que el Presidente tuvo voz en la designación de la candidata.
En los municipios, sobran también los ex adancistas que ya se sentían candidatos a presidentes municipales y diputados locales y que fueron desechados, y que ahí están a la espera de que sean considerados por el precandidato al gobierno, Javier May, que ha insistido en la unidad e inclusión de aquellos que apoyaron a otro aspirante, sea para la presidencia o para la gubernatura.
El “Adancismo” de ayer que vivió su mejor momento cuando su líder fue secretario de Gobernación y luego aspirante presidencial, no es ni por mucho a lo que queda hoy, reducido a un puñado de amigos que ciertamente mantienen un poder económico, pero que han visto mermado su poder político que será acotado mucho más con la lista de candidatos a diputados federales, locales y alcaldes que será anunciada esta semana.