¿Los mató la CFE?
Víctor Ulín/
Los vecinos se dieron cuenta que las tres personas (dos adultos y una pequeña) permanecían inmóviles en el interior del carro por la mañana. Habían amanecido muertos.
En la noche, cuando llegaron de viaje proveniente de Chiapas, la familia se percató que su casa, localizada en Anacleto Canabal, Centro, Tabasco, no tenía energía eléctrica y decidieron meterse al carro y encender el clima para poder dormir ante tanto calor. Sin que se dieran cuenta, el auto dejó de funcionar. Se quedaron sin oxígeno. Asfixiados, según el parte ex traoficial.
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) ya contaba para entonces con una infinidad de reportes como suele ocurrir cuando se va la luz, sin atender con premura ni importarle si hace calor, o bien si los alimentos del refrigerador se pierden.
Si no podemos culpar directamente a la Comisión Federal de Electricidad por la muerte de los tres integrantes de una familia, si podemos asegurar que la indiferencia e indolencia de sus funcionarios que son los que deciden cuándo y a que empleados enviar para reparar la falla eléctrica en una colonia o ranchería, son una constante y más desde que Manuel Bartlett es su director.
Los tabasqueños de la zona urbana o rural hemos vivido en carne propia el pésimo servicio de la CFE cuando se trata de atender una falla eléctrica. Pasan horas o días para que el problema quede resuelto, si es que queda.
Es una realidad que el servicio que prestan los directivos y trabajadores de la CFE dista mucho de haber mejorado y, por el contrario, parece que va de mal en peor. Lo de una empresa de calidad se queda en el discurso o informes oficiales.
No hay excusa que justifique lo sucedido. Es claro que la causa primera de la muerta de la familia no es que el carro se haya apagado. Fue y sigue siendo la negligencia de la CFE y sus directivos que hoy llegarán a sus residencias y encenderán el clima para poder dormir sin problemas, sin que les preocupe cuántas familias en Tabasco no tienen luz por fallas eléctricas o si se pudren los alimentos en el refrigerador. Ellos no dormirán ni menos morirán en sus carros buscando aire fresco para paliar el calor que nos ahoga estos días y que provocó una tragedia.