Andy, Tabasco vigente
Víctor Ulín /
Tabasco y sus políticos están lejos de no tener la presencia y la influencia que protagonizaron durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y el que tendrán con la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo el próximo sexenio, sea en la Cámara de Diputados, Senadores y el poder Ejecutivo.
La aparición en el escenario político dentro de Morena como secretario general o de Organización de Andrés López Beltrán prolongará la vigencia de la clase política tabasqueña que ya ha empezado de hecho a cerrar fila para apoyarlo en su aspiración para llegar a ser dirigente, como sucederá.
El hijo del Presidente, más allá de los señalamientos en su contra de parte de sus adversarios, tiene ciertamente todo el derecho de participar en política, buscar ser dirigente e incluso candidato presidencial de Morena en el 2030 para suceder a Claudia Sheinbaum.
Por ahora, el futuro político de Andrés López Beltrán no estará en Tabasco. En el 2030, los morenistas postularían a una mujer a la gubernatura para cumplir con la paridad de género.
Claro que en política nada está escrito y la gubernatura de Tabasco es algo que estará como una posibilidad latente, pero se advierte que el proyecto político de Andrés López Beltrán, considerando el capital político de su padre que está lejos de disminuir, es de carácter nacional.
El hijo del Presidente tendrá casi 6 años para posicionarse aún más de lo que ya está sin realmente tener una actividad pública o política abierta. Estuvo sin estar a lo largo del gobierno de su padre, del que se mantuvo respetuoso. No sorprendería que pudiera ser hoy un personaje político de los más conocidos, incluso por encima de un Luis Donaldo Colosio hijo que se perfila como un candidato opositor competitivo a la presidencia en el 2030 por Movimiento Ciudadano (MC).
Su sola postulación a ser dirigente de Morena lo llevó de inmediato a los titulares y a la agenda política y pública sin necesidad de que haya expresado hasta hoy de viva voz que quiere buscar la posición que ya de facto tiene ganada por la ascendencia natural hacia la militancia que le ha dado su apoyo apenas comenzó a sonar su nombre.
Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador concluirá formalmente su mandato, tiene en su hijo a su mayor legado que empezará en Morena a proyectar en serio la posibilidad real de llegar a ser candidato presidencial en el 2030 o bien hasta un sexenio después.