El Adancismo saldrá por la puerta de atrás
RENÉ ALBERTO LÓPEZ/ Franja Sur/ Papiro diario digital/
A estas alturas del sexenio en Tabasco es difícil tratar de parchar este gobierno con discursos cargados de demagogia y humo, pues toda la población sabe que resultó tan desastroso como el de Arturo Núñez Jiménez. Hoy, incluso, hay una especie de empate técnico entre Núñez y Adán Augusto, tan malo el pinto como el colorado.
Dos sexenios perdidos, dos gobiernos que supuestamente no eran del PRI, pero con gobernadores formados en ese instituto político, les fallaron a los tabasqueños. De aquellos gobiernos del priísmo no es necesario recordar sus pecados de gobierno. Sus negras historias se conocen palmo a palmo.
El tema es que se creía que estos gobiernos de la supuesta izquierda sacarían a Tabasco del atraso que registra, si lo comparamos con otros estados del sureste como Chiapas, Campeche y Yucatán, principalmente.
Así las cosas, el domingo el gobernador Carlos Merino, en su papel de gobernador que remplazó en al cargo a Adán Augusto, entregó al Congreso del estado el quinto informe de gobierno de este sexenio. En la lectura del documento trató de remendar, de cubrir con cifras mágicas, alegres, una administración que se cae a pedazos, que por cierto ya fue reprobada por el pueblo al rechazar a los aspirantes del Adancismo: Yolanda Osuna y Raúl Ojeda. Ese es el mejor testimonio.
Si el lector se toma la molestia de leer el boletín oficial sobre el informe, que seguramente estará en las redes sociales, se sorprenderá con el caudal de cifras y supuestos logros en esta administración en manos de Carlos Merino.
La verdad, la verdad, es un catálogo de ficciones que debería llamarse: “como darle atole con el dedo a un pueblo”. Los señores del gobierno quieren tratar a la población como menores de edad, cuando la realidad esta a la vista de todo Tabasco.
Vamos: Es historias conocidas que en hospitales y centros de salud no se cumple con el cuadro de medicinas, incluso los médicos se quejan de que tienen que poner de su salario hasta para comprar gazas y alcohol para los pacientes. En el campo de la educación en plena era de la tecnología hay niños en zonas rurales que toman clases a cielo abierto, y en este rubro recordemos aquí el caso de los alumnos de kínder de la comunidad Azucenita, en el municipio de Cárdenas.
En el tema de empleo, el gobierno de Tabasco incluye la mano de obra de la Refinería Olmeca de Dos Bocas, pero ahí la mayoría de los contratados, todo Tabasco lo sabe, vinieron de fuera por obra y gracias de la ex secretaria de Energía Rocío Nahle, relegando a los tabasqueños. No se benefició al pueblo choco.
Pero donde si se pinta sola esta administración estatal es en el tema de la obra pública con edificaciones fallidas y presupuestadas con desproporcionados costos. Así, serán símbolos de este gobierno de Adán Augusto y Merino los mamotretos conocidos como distribuidores viales: los dos fueron construidos a la “pela vaca”, en avenida Universidad y Guayabal. No hay un tabasqueños que hable bien de esas obras.
Por supuesto, es solo un vistazo somero a ojo de buen cubero, pero sobre los malos resultados de este gobierno podría realizarse un manual de lo que no debe hacerse en una administración pública.
De las promesas en campaña incumplidas siempre saldrán a flote el Banco Rosa que nunca se hizo, súmeles el Hospital de Especialidades de Cárdenas, caminos del Plan Chontalpa, la carretera Comalcalco-Cárdenas, además del compromiso de construir 4 mil viviendas por año y sumarlas a otros programas para terminar el sexenio con 60 mil nuevas casas en Tabasco. Esto lo dijo Adán Augusto el 24 de octubre de 2019, claro, en Telerreportaje, su programa de noticias preferido.
Así pues, el gobernador Carlos Merino ha de considerar que los tabasqueños no tenemos memoria, y creerá qué, con un discurso ramplón desde el Congreso del estado, ante sus invitados, con palabras cargadas de humo puede construir un Tabasco que no existe. Pero hay archivos y hay memoria. La historia los juzgará.
Ahí se las dejo.
