La Laguna, otra vez
Víctor Ulín/
El presunto rescate de la Laguna de Las Ilusiones parece un cuento de nunca acabar y solo vemos literalmente como se van al agua millones de pesos. Desde el gobierno de Manuel Andrade Díaz hasta la fecha, solo hemos visto buenas intenciones, mientras es una realidad que la otrora imponente Laguna de Las Ilusiones está convertida en un drenaje de aguas negras en la que sobreviven algunas especies.
En su conferencia del lunes, el diputado federal Gerardo Gaudiano Rovirosa, secretario de la Comisión de Medio Ambiente y de Recursos Hidráulicos, anunció que en su propósito de contribuir a su rescate solicitaría que la Laguna de las Ilusiones sea declarado zona protegida y asimismo adelantó que propondría en la Cámara Baja que se investigue lo de los rellenos ilegales en la zona.
Ante los reporteros, el legislador federal pidió al gobernador Carlos Manuel Merino que sean tomados en cuenta especialistas y que se retomen los proyectos que se han hecho para rescatar la laguna, como los elaborados por la UJAT, y no hacer un gasto innecesario.
El interés y preocupación del diputado tiene la intención de que los 80 millones de pesos de inversión anunciados para el rescate de la Laguna no acaben, otra vez, en la realización del proyecto ejecutivo como ha sucedido anteriormente sin que se haya cumplido el propósito de rescatarla.
Y tiene razón el legislador: los 80 millones son pocos como para que acaben nuevamente en un escritorio y no se haga algo para mitigar por lo menos que la Laguna siga muriendo, principalmente por las descargas de aguas negras provenientes de zonas habitacionales y de algunos hoteles que siguen actuando impunemente sin que la Comisión Nacional del Agua y autoridades de gobierno hagan algo.
En un gesto de compromiso, el diputado ofreció su respaldo y gestión al gobierno estatal para buscar incluso más recursos para que en esta ocasión el rescate no sea solo un tema coyuntural por las presiones hechas de grupos ambientalistas que ciertamente deben participar en el rescate a la Laguna.
Y así debe ser: el gobierno del estado está más que obligado a incorporar todas las voces y a sumar a todos aquellos que como el diputado federal y especialistas del medio ambiente están verdaderamente interesados en salvar a la Laguna de Las Ilusiones y evitar que siga convertida en un barril sin fondo al que se le destinan millones de pesos que solo quedan en proyectos o negocios de unos cuantos como tristemente ha ocurrido.