PRI, en extinción en Tabasco y sin futuro en 2024
/Víctor Ulín/ Sin Remitente/
La renuncia más reciente de Juan Molina Becerra para incorporarse a Morena, es solo una expresión más del ocaso del PRI en Tabasco que viene ocurriendo desde la elección del 2012 cuando ganó el PRD y que se ahondó en la pasada contienda.
El otrora partido en el poder que a nivel nacional viene también sumando fracasos y desbandadas de militancia, es hoy una caricatura. Camina a su extinción.
La lista de priistas locales que han abandonado al PRI es cada vez más extensa y representativa. En el PRI es una verdad pública que su todavía dirigente, Dagoberto Para Sedas, se está quedando solo, sin militantes y sin recursos materiales.
Es más seguro que el PRD mantenga su registro en la elección del 2024 o que Movimiento Ciudadano gane más diputaciones o alcaldías, a que el PRI resurja y vuelva a ser una fuerza política importante en la entidad.
Como ocurrió con el PRD en 15 estados, en la elección del 2024 no será una sorpresa que el PRI empiece a perder su registro local, sino es que también nacional y de paso si presencia sea ya marginal.
La asunción de Dagoberto Lara Sedas a la dirigencia estatal y de Alejandro Moreno Cárdenas a la nacional en los hechos no marcaron diferencia y, por el contrario, su arribo se tradujo en derrotas electorales.
En el edificio de 16 de septiembre, sede del PRI estatal, solo pululan los fantasmas de una militancia y de una clase política que entendió que en el PRI ya no hay futuro y que lo único seguro es la derrota y su eventual desaparición. Al fin políticos, buscan su salvación.
La historia registrará a Dagoberto Lara Sedas como el último dirigente del PRI en Tabasco, porque cuando concluya su mandato o decida irse antes de su próxima estrepitosa derrota, nadie en su sano juicio querrá encabezar un partido desahuciado, sin presente ni futuro.