#Columna ¿Centro para Morena?
Víctor Ulín/ Sin Remitente/
Sí o sí, Morena ganará Centro. Pensar lo contrario sería ingenuo o no entender la política real.
Que Andrés Granier Melo, el candidato del PRI y del PAN, anuncie su victoria por adelantado a los cuatro vientos, es solo parte de una estrategia.
Hay quienes orientan su pasión a ver solamente o a reducir a Yolanda Osuna Huerta como una candidata que en apariencia “no levanta” y que por tanto perderá las elecciones.
El asunto es más complejo: detrás y delante de Yolanda Osuna Huerta hay un partido que mantiene una alta preferencia electoral, una estructura en movimiento que el 6 de junio será una auténtica maquinaria, un gobierno estatal que por supuesto no puede entregar malos resultados y el capital político del presidente Andrés Manuel López Obrador que espera sin excusas arrasar en su tierra y en su agua.
La candidata de Morena solo está haciendo su parte: abonar a la votación seguramente masiva que tendrán en Centro y en la mayoría de las alcaldías, y para las diputaciones locales y federales.
Lo que sí se puede proyectar es que el PRI podría posicionarse como la segunda fuerza política de Tabasco, -seguido del Partido Verde que encontró en Feliciano Wong un buen candidato- y alcanzar una representación marginal en el Congreso del Estado y nada en el federal.
Para Morena, ganar Centro – el resto de los cargos de elección- es una cuestión que trasciende la tradición de obtener la joya de la corona. Se trata de demostrarle a todos en el país que en su Estado el partido del presidente es ejemplo y fortaleza.
A Morena y sus dirigentes reales y formales les tocó ahora estar del lado en el que se tienen ciertas ventajas determinantes cuando se es gobierno, más allá de los programas sociales que los tabasqueños saldrán a refrendar y defender a las urnas.
Así que se equivocan quienes creen que Yolanda Osuna está sola o que perderá las elecciones. Ganará, y lo hará ampliamente para que la elección se gane también si llega a los tribunales después de que el Químico no acepte su derrota.
El Químico, que ya fue también gobernador y alcalde de Centro, sabe que el resultado es bola cantada y que en política no es lo mismo ser palo, que piñata.