Carta Abierta/
Jorge Núñez/
La condena a casi once años de prisión al exgobernador Andrés Granier Melo refuerza el señalamiento de una traición por parte de varios de sus subordinados.
En este entendido, Granier estaría pagando los fallos y los abusos de confianza de varios de los secretarios de su gabinete, algunos de ellos postulados, ahora mismo, como candidatos del PRI a un cargo de elección popular.
¿Cómo traicionaron a Granier algunos de sus propios funcionarios, y hasta familiares cercanos?:
1. Estableciendo criterios egoístas de interés personal y político por sobre la responsabilidad de servir a los tabasqueños.
2. Usando su clara cercanía con el gobernador para hacer negocios particulares. Muchos empresarios “juniors” se sirvieron con la “cuchara grande”, haciendo toda clase tratos rentables al amparo de la amistad que los unía con gente muy, muy cercana al Químico.
3. Aprovechando la buena voluntad de Granier. Algunos secretarios del gabinete, e incluso gente ajena que tenía picaporte a la Quinta Grijalva, hizo toda clase de “grillas” contra los grupos antagónicos internos. Había una anarquía, donde cualquier hijo de vecino opinaba sobre los asuntos de Estado.
4. Otros funcionarios, de plano, se dedicaron a amasar lo que pudieron. Todo mundo habla de los casos donde, de no tener ni en donde “caerse muertos”, salieron con las bolsas llenas.
5. Los traidores engañaron a Granier, incluso con la postulación del candidato a la Gubernatura. Cuando Granier buscaba que Humberto Mayans Canabal fuera el “bueno”, gente de su propio gabinete le dio una zancadilla para meterle, a “chaleco”, a Jesús Alí de la Torre y Luís Felipe Graham. El resultado fue un auténtico desastre.
6. Hubo dos pésimos presidentes del Congreso local: José del Carmen Escayola Camacho y José Carlos Ocaña. Ambos enturbiaron la relación del Ejecutivo con el resto de las fuerzas políticas.
El pecado de Granier fue haber confiado en gente que malversó el erario público. El Químico pecó de exceso de buena voluntad, incluso en familiares muy cercanos.
Es posible que AG, quien el lunes cumplió setenta años de edad en una prisión de la CDMX, no se haya robado un solo peso. Pero cometió el error de no vigilar a quienes sí lo hicieron.
Para muestra basta un botón: los exfuncionarios que hoy se desgarran las vestiduras en recuerdo de Granier, fueron los mayores culpables de la crisis dejada al Gobierno perredista de Arturo Núñez Jiménez.
El cargo de conciencia, por lo que se aprecia, pues, es mayúsculo.
: NO HUBO ALTERNATIVA
Según Manuel Andrade, el gobernador estuvo “al frente” de la sentencia a Granier. Y lo señala por ello. Como si el culpable de todo este embrollo fuera Núñez.
Hablando en plata, ¿qué diablos quería Andrade que Núñez hiciera al encontrar lo que encontró al inicio de su administración? ¿Actuar como tapadera o proceder como gobernador, ordenando una investigación y castigando a los responsables?
La respuesta es más que obvia.