La Mayoría Silenciosa está harta
Columna Pórtico/
Román Ramírez Carrillo/ Foto: Proceso/
La situación de enojo y hartazgo social que se manifiesta en la actualidad por el gasolinazo, se venía cocinando desde dos semanas atrás, cuando la gente se dio cuenta de los altos bonos que recibió la clase política por la temporada navideña.
Montos inmorales e insultantes en comparación lo que reciben los trabajadores. Se generó así una gran molestia social, que sin embargo no se traduce en un descontento social activo y en movilizaciones en los distintos puntos del país
El gasolinazo y el alza a la tarifa eléctrica nos muestra la enorme y profunda falta de sensibilidad del Gobierno de Enrique Peña Nieto ante la difícil situación económica que viven muchos de los hogares mexicanos, porque ante la crisis en la que estamos son los mismos de siempre los que terminan pagando los errores de conducción gubernamental: los más pobres de este país.
En redes sociales, las clases medias expresan cómo el nivel de vida del mexicano promedio, va hacia abajo, en picada. Algunos empresarios y políticos envían extractos de entrevistas en televisión manifestando su rechazo, sin embargo, a nivel global pareciera que no pasa nada. Los ciudadanos agraviados por los políticos, reaccionamos con resignación.
Para el académico Fabián Acosta, existe una fórmula para la prosperidad y otra para la justicia social; pero ahora parece que en la botica de las decisiones de Estado, los alquimistas del poder no siguen ya ninguna receta; mezclan ingredientes en el caldero de la improvisación desconociendo la regla de oro de la política: todo gobierno debe velar por el bien común:
Parece simple, pero la regla propone un justo medio, un punto de equilibrio y sensatez, entre el populista que le regala el “pescado” al hambriento y su contrario, el liberalismo que, necio en seguir el “dejar hacer y dejar pasar”, termina siempre privatizando la laguna y las redes.
Llama la atención que la Iglesia, se sume a este sentimiento de indignación, y de reclamo ante la situación actual a través del Cardenal Francisco Robles, Presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana: “los mexicanos requieren de una explicación convincente de la necesidad del aumento al alza de los combustibles, pues esta medida afecta sin distinciones toda la población”.
Para la Iglesia, las cuestiones de la corrupción generalizada y la impunidad sistemática, son causa y fuente de muchas “violencias”, como la pobreza, el desempleo, la inseguridad, la delincuencia organizada y la no organizada.
El sacerdote y sociólogo Ernesto Hinojosa, argumenta que “se empieza a ver la posibilidad de que el pueblo de un paso más, no sólo una posición tímida o de exabrupto, sino la organización popular para exigir un cambio en todos los niveles, en lo social, en lo económico, que se combatan los tres temas que más le duelen: la inseguridad, la corrupción y la impunidad”.
Se observa que se están uniendo contra este aumento grandes sectores del país que antes no lo hacían, entre ellos organizaciones civiles, sectores populares, empresarios, algunos partidos, algunos gobernantes y ciudadanos comunes.
En Laudato Si, el Papa Francisco se pregunta: “¿Para qué se quiere preservar hoy un poder que será recordado por su incapacidad de intervenir cuando era urgente y necesario?”
En general, los ciudadanos percibimos un Presidente incapaz, insensible e inmoral, que en su llamado a la unidad de todos los mexicanos, no nos dice que va hacer en sus dos largos años, no se ve conducción, esperanza, o mapa de ruta, por eso está emergiendo una sociedad civil más indignada, más exigente, un poco menos aletargada, para ser un contrapeso en este país secuestrado que todos tenemos que recuperar.
Y el Papa Francisco añade que la grandeza política se muestra cuando, en momentos difíciles, se obra por grandes principios y pensando en el bien común a largo plazo. Al poder político le cuesta mucho asumir este deber en un proyecto de nación.
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