Mitómano
Águila o Sol/
Mitómano
/Kristian Cerino/
Ante la partida de un mandatario tabasqueño el ciudadano entendía que este se retiraba o aislaba del escenario público, sobre todo porque optaba no solo por respetar el acto de gobernar de su sucesor, sino también por el hecho mismo de no entrar en confrontación con la crítica: periodística, antagónica-política y ciudadana.
Sin embargo, estos pactos no escritos, pero sólidos y que se afianzaron en la tradición política, se han violentado en Tabasco porque el o los exgobernantes anhelan con retornar al poder público sin importarles cuestionar al mandatario en turno, y olvidando así que ninguno de ellos recibió críticas de exgobernantes.
En este sentido, el gobernador Javier May Rodríguez ha recibido críticas del exmandatario Andrés Granier Melo, aunque con mayor asiduidad de Manuel Andrade Díaz, aquel que solo gobernó un quinquenio porque el Tribunal Federal Electoral anuló su elección y la primera de un gobernante en todo el país. Un hecho histórico.
El 4 abril de 2025 escribí que en los últimos sexenios no hubo un interés, de los gobernantes, por darle un mantenimiento integral a la vía Reforma-Dos Bocas. Que incluso, en el quinquenio de Manuel Andrade Díaz se planteó, y quiso hacerse, el cobrar peaje en una caseta que él mandó a construir y que con el tiempo se ha deteriorado. En aquel entonces, automovilistas, y transportistas, se manifestaron para evitar esta imposición del político “ocurrente”. Sin embargo, continúa compartiendo en redes y haciendo comentarios de que en su gobierno esta obra fue la panacea y de paso sigue lanzando una serie de dardos a la presente administración estatal.
Con el título de “Manoseo opositor”, el 11 de junio de 2025 escribí que Manuel Andrade Díaz, así como Lorena Beaurregard de los Santos, excandidata gubernamental, impulsaron el cuestionamiento sobre el tema del Parque Museo de La Venta, quienes no perdieron la oportunidad de encauzar a sus seguidores en redes sociales en el ánimo de generar un conflicto local. A ellos se les sumaron la escasez del perredismo y, además, los huérfanos sexenales, aquellos que no han logrado beneficio alguno en el primer año de esta administración local: universidades, colegios, organizaciones, centrales, etcétera. No obstante, el tema se evaporó de su cosecha electoral cuando se aclaró el malentendido de que no habría construcción de un nuevo museo. De hecho, los opositores, exgobernadores y excandidatos, no han podido atinarles a sus críticas por falta de argumentación.
De una u otra manera el ciudadano promedio se ha encargado de alimentar el ego de Manuel Andrade Díaz, un político que se ganó la lotería cuando gobernó Tabasco. Andrade gobernó la entidad porque Tabasco es un estado que por periodos navega a la deriva y producto de esa inercia, un día más que otro, emerge un personaje como él.
Se jactaba de ser el gobernador “más joven” y de haber concluido su gestión sin “inundaciones” y “altos índices delictivos”. Sin embargo, el estado se caía a pedazos por las múltiples manifestaciones, las represiones y las obras inconclusas que heredó a la siguiente administración pese haber gobernado con recursos por excedentes petroleros, pero ante todo, las omisiones a las acciones hidráulicas.
Durante un tiempo, posterior a su mandado, estuvo callado, en el retiro silencioso, quizá porque el próximo gobierno lo encabezó otro priista como él. Pero, de vez en cuando abandona el claustro y usa la tribuna de siempre no solo para llorar sino también para denostar a las administraciones que para él han sido opositoras a su esencia priista.
Por esta razón, Andrade está fuera de lugar queriendo corregir o cuestionar la toma de decisiones del gobernador en turno. Tendríamos qué preguntarnos quién le cree cuando va a la radio -o en sus redes- para despotricar contra un gobierno que alguna vez, y por suerte, encabezó solo por cinco años, pues un año le arrebataron por tramposo.
@Librodemar