Ya tienen un hogar digno
/Sin Remitente /
Mientras recorre por última vez su casa de tabla y techo de lámina, doña Margarita Márquez Laza, recuerda que pese a las condiciones críticas en las que se encontraba su vivienda, ninguna autoridad le brindó la ayuda, pero las cosas cambiaron con la llegada del actual Gobierno de Tabasco que encabeza Javier May Rodríguez, pues finalmente logró ser beneficiada con una casa digna, de concreto, con dos habitaciones, cocina y baño.
“Cuarenta años viviendo así. Yo le decía a mi esposo, ¿qué vamos a hacer en esta casa que son pedazos ya?”, relató mientras refiere que tuvieron que colocarle un nailon al techo para mitigar el impacto del calor y de las lluvias, pues a decir de ella misma, “ya era un colador”.
Ella es una de las 34 amas de casa de Huimanguillo que en días pasado recibieron las llaves de sus nuevas viviendas, como parte de la estrategia que impulsa el Gobernador Javier May Rodríguez, con el fin de garantizar el derecho de las familias tabasqueñas, de zonas rurales, a una casa adecuada.
De igual manera, doña Noemi López Márquez otra de las beneficiadas, manifestó su agradecimiento al mandatario estatal porque ahora ya contará con una vivienda, en donde las inclemencias del tiempo no las obligará a abandonar sus pertenecías para buscar refugio.
Comentó que al igual que su paisana, también tuvo que recurrir a la colocación de plásticos como cobertura del techo de su antigua casa para proteger sus pocos bienes. “Cuando hace calor, sufríamos porque era bastante el calor. Cuando llovía era peor, la lluvia entraba por todos lados. Entraba agua por aquí”, dice señalando el techo, “o a veces entraba por abajo. Una vez nos levantamos y todo estaba en el agua”, explicó con un notable sentimiento de nostalgia.
Dedicada por años a elaborar carbón, con ingresos que apenas alcanzaba para cubrir sus necesidades básicas, doña Noemí no tenía esperanzas de tener una vivienda digna, por lo que tuvo que acostumbrarse a conectar y desconectar un foco para tener luz, así como a los ruidos que provocaban las rachas de viento, que en momentos parecían llevarse su techo.
“Cuando llovía el techo se levantaba, porque la lona se alzaba y caía. Y así estábamos. La luz está directa, nada más de aflojar y apretar el foco. Nunca íbamos a llegar a tener una casa digna. No íbamos a llegar, pero estamos felices por la casa que nos dieron”, resaltó, pues su nueva vivienda cuenta con todos los servicios básicos, agua y energía eléctrica.
En Huimanguillo, 350 familias de escasos recursos recibirán una casa digna por parte del Gobierno del Pueblo a través del Instituto de Vivienda de Tabasco (Invitab), organismo que por años dejó de realizar su función, abandonando a quienes han dedicado su vida al trabajo para cumplir el sueño de contar con un patrimonio, provocando con ello un importante rezago en materia de vivienda.
La meta histórica impulsada por el Gobernador Javier May, en coordinación con el Gobierno de México, es edificar 84 mil viviendas en todo el estado a lo largo de seis años. Doña Ana Luisa Méndez García, es otra de las beneficiadas cuya realidad ha dado un giro importante, dejando a un lado el desánimo y desesperación que le provocaba el no contar con una buena casa.
“A veces me iba al agua porque vivía en la orilla del río. Cuando el río crecía, me salía de la casa porque me iba al agua. Durante muchos años pedí el apoyo del gobierno para tener mi casita y no me la daban”, recordó con tristeza, pero sus ojos se iluminan de alegría al expresar que, con el actual gobierno estatal, los años de padecer por el calor y las lluvias han quedado atrás.
La tranquilidad y felicidad han regresado a su vida, pues el Gobernador Javier May sí escuchó y atendió sus necesidades, otorgándole un espacio seguro y digno. “Me siento bien porque, gracias a Dios, me dieron mi casita. Me siento feliz, tranquila y contenta porque ya tengo mi casita”, afirmó.
“Dios le tocó el corazón y miró para acá, le damos las muchas gracias y que Dios los bendiga para que sigan apoyando a las familias que necesiten el apoyo”, concluyó con alegría doña Ana Luisa.