¡A votar!
Víctor Ulín/
En la elección del próximo domingo, cuando millones de mexicanos acudan a votar, iniciará el desmantelamiento de un Poder Judicial corrupto que fue creado y alentado por el sistema político priísta, que no termina de irse y se resiste a mantener el viejo y obsoleto estatus quo.
Los que intentan desacreditar el proceso inédito llamando a no votar, son justamente los que durante más de ocho décadas -y todavía aún- se beneficiaban de la corrupción imperante de ministros, magistrados y jueces que fueron impuestos por sus filias políticas y familiares.
La misma ministra presidenta saliente Norma Lucía Peña Hernández admitió que más del 50 por ciento de los que formaban parte del Poder Judicial eran familia. Y ya no hablemos de los millonarios salarios y los excesos insultantes de quienes hicieron del Poder Judicial su modus vivendi al amparo del erario.
Lo que resulte de la elección del domingo al que con su autoridad moral han llamado la presidenta Claudia Sheimbaum y en Tabasco el gobernador Javier May Rodríguez, será sin duda mucho mejor para el Poder Judicial que está a punto de ser transformado de fondo en sus estructuras y desde los cimientos.
Así sean cinco o diez mil los que asistan a votar este domingo – pero por supuesto que serán millones en todo el país- por primera vez serán elegidos por ciudadanos los ministros, magistrados y jueces que antes eran impuestos por el Presidente en turno y su mayoría partidista en el Congreso de la Unión. Es decir, unos cuantos eran los que decidían a los responsables de aplicar la ley y que cometieron muchas injusticias en contra de inocentes que permanecen en la cárcel.
Durante el viejo régimen priista, la selectiva y discreta elección de los impartidores de justicia que se repartían entre la clase política, sus amigos y familiares, acabó por corromper y corromperse a niveles intolerables. Hoy son miles los inocentes que fueron víctimas de los poderosos y continúan pagando delitos que no cometieron. La aplicación de la ley fue selectiva y hasta represiva.
Por supuesto que no habrá perfección y que seguramente algunos de los magistrados o jueces electos se corrompan en el camino, pero serán los menos y tendrán también castigos ejemplares por los nuevos integrantes del Tribunal de Disciplina Judicial.
Los políticos de la oposición y buena parte del intelectualismo orgánico son los que están en contra de que por primera vez el pueblo , se equivoque o no, tenga su derecho de elegir a quien considere para integrar en todos sus niveles al nuevo Poder Judicial.
Hay quienes no entienden todavía que lo que está en marcha desde el 2018 es un cambio de régimen que dejó de entregar el país a los neoliberales y está en construcció un gobierno popular y democrático. Donde, en efecto, se gobierne obedeciendo. Les guste o no a la derecha y a la oposición que está en su papel de desacreditar todo lo bueno que haga el gobierno a favor de la gente.