Legado de rezago y corrupción
Víctor Ulín/
Para explicar y entender lo que hoy sucede, los tabasqueños deben saber que las deficiencias en atención y medicamentos que pueda haber en los hospitales públicos de Tabasco es resultado del cúmulo de malas decisiones y corrupción de gobiernos como los de Arturo Núñez Jiménez, Adán Augusto Lopez Hernández, Carlos Manuel Merino Campos, Andrés Rafael Granier Melo y el mismo Manuel Andrade Díaz.
La crisis hospitalaria que hoy vive el sector y que reconoció en un acto de transparencia el secretario de Salud, Alejandro Calderón Alipi, es justamente el legado de los gobiernos estatales que se desentendieron de atender y curar a la población en tiempos en los que sobraba dinero, por los excedentes petroleros que acabaron desviados a cuentas financieras particulares y en negocios.
Es una realidad que los gobiernos que precedieron al actual abandonaron el sector y dejaron que la crisis estallara ahora en la que el gobierno de Javier May Rodríguez le está haciendo frente con los recursos necesarios, más allá de que la administración de los hospitales y por ende de medicamentos la tiene a su cargo el IMSS-Bienestar.
En ese propósito de buscar soluciones más rápidas y avanzar en el rescate del sector salud de manera corresponsable, es que el gobernador se reunió este viernes en Tabasco con el titular del IMSS-Bienestar, Alejandro Svarch Pérez, y como resultado de sus gestiones se anunció la rehabilitación de los hospitales más importantes (Del Niño, Rovirosa, Juan Graham, de La Mujer) y las unidades médicas.
“Estamos trabajando para que los medicamentos no falten, no falten médicos, enfermeras. Viene una inversión importante en el tema de salud y estamos proyectando también recursos ya para la construcción del nuevo hospital Rovirosa”, informó el sábado de hecho el mandatario durante su jornada de atención en Iquinuapa, Jalpa de Méndez.
El ISSET que efectivamente sí depende del gobierno local, fue desmantelado por l gobiernos y funcionarios del pasado que sin escrúpulos, para beneficiarse, cambiaron la ley en el 2011, durante el gobierno de Andrés Granier Melo, para dejarse pensiones millonarias, como documentó La Comisión de la Verdad que se creó para investigar la corrupción en el Fideicomiso y en el manejo de los recursos públicos que han hecho falta.
Para solucionar el problema de fondo que le heredaron, el gobierno de Javier May no dudó primero en aportar casi 100 millones de pesos al Fideicomiso de Pensiones, y de instruir al director del ISSET, Rodolfo Lehmann iniciar una reestructuración para hacer frente a la situación y también al abasto de medicamentos.
En la más reciente conferencia, el director del ISSET informó que se firmó con las Farmacias del Ahorro un convenio para subrogar los medicamentos a los pacientes y al mismo tiempo combatir la corrupción que venía imperando.
Por supuesto que la entrada en vigor de la nueva forma de trabajo y atención a los derechohabientes va teniendo ajustes para que el servicio sea más eficiente, considerando que es la entrega de medicamentos la solicitud más sentida de los pacientes.
A poco más de siete meses de asumir, hay que reconocer que lo hecho por el gobierno que encabeza Javier May Rodríguez en el sector salud, es mucho más de lo que hicieron sus antecesores en sus 6 años en el que no priorizaron ni la atención ni menos la suficiencia en medicamentos para pacientes.