#Columna Cubrebocas: una cuestión de vida o muerte
Víctor Ulín/ Sin Remitente/
De diciembre que apareció oficialmente en China y hasta la fecha, los científicos de la salud -léase epidemiólogos, infectólogos y neumólogos-, del mundo, incluidos los que asesoran a la Casa Blanca y de la Organización Mundial de la Sslud, van descubriendo la manera en que se viene comportando el coronavirus y sus varias formas de transmisión, entre ellas las más nuevas: al hablar y al respirar, que implica también la suspensión aeróbica por hasta tres horas.
Gradualmente, los gobiernos, -no todos con la rapidez que quisiéramos-, han ido cediendo a la comprobación científica que el uso de las mascarillas o cubrebocas son necesarias para detener la infección exponencial, mucho más cuando personas aparentemente sanas, los asintomáticos, son los potenciales y principales causantes de la infección, particularmente en hogares donde el número de integrantes es más de dos.
Los científicos explican ahora por qué personas vulnerables que se mantenían aisladas en sus casas, pero que convivían con familiares asintomáticos, o que otro tanto que mantenía la sana distancia y con los cuidados debidos en las manos o en la ropa usada, “inexplicamente” empezaron a enfermarse y, en muchos casos, a fallecer.
Ante la evidencia científica de cómo se está expandiendo y transmitiendo el virus, no caben las cerrazones ni de gobiernos ni de muchos que tratan de desacreditar la información seria y profesional que divulgan los medios de comunicación que dan cuenta de los nuevos descubrimientos científicos de connotados especialistas en universidades de prestigio o centros de investigación, y de consideraciones de especialistas.
Así que la tesis de que los cubrebocas solo deben usarlos los enfermos se cae por sí sola. No. Los cubrebocas debemos usarlos todos, porque así como el virus es intangible, así también lo es en aquellas personas -pueden ser miles o millones en el mundo- que ignoran que son portadores del virus y que van, literalmente, asesinando gente.
Quedarnos en casa, ciertamente, seguirá siendo la mejor manera de frenar al virus, pero si usted es de los que tiene que salir a comprar comida al súper o a la tienda de la esquina, hágales caso a los científicos de la salud y use el cubrebocas, aunque no presente síntomas, y piense que en su casa lo esperan sus hijos, su esposa, sus padres.
No olvide que los políticos o funcionarios públicos siempre buscarán minimizar cualquier cosa que les perjudique o que ponga en vilo los próximos resultados electorales.