La participación de la Mujer, antes y ahora
Artículo/
*Mayra Medaly González/
El rol de la mujer en la sociedad ha cambiado a lo largo de la historia. En la antigüedad se consideraba que la mujer era propiedad de un hombre, tanto del padre a temprana edad, como del marido, cuando el mismo padre entregaba la mano de ésta en matrimonio, logrando que las mujeres dependieran totalmente del hombre para poder sobrevivir.
La Segunda Guerra Mundial produce una nueva revolución industrial como la aparición de la línea de montaje y la producción en serie. El lugar de los hombres, asimilados a las fuerzas armadas, fue ocupado por la mujeres y debido a las circunstancias su nuevo rol en las fábricas es aceptado socialmente. A finales del siglo XIX, la mujer comienza a incorporarse a la educación universitaria y a participar con su trabajo en ciertas áreas específicas.
El Feminismo tiene su origen en la Revolución Francesa en 1789, nobles y clérigos gozaban de privilegios y libertades. Las mujeres eran relegadas a las labores de la casa, la procreación y el cuidado de los hijos y su subordinación legal al hombre, padre o esposo. A partir de aquel momento, en Europa Occidental y Norteamérica se inició el movimiento feminista que luchó por la igualdad de la mujer y su liberación. Nació así el movimiento sufragista.
La historia del feminismo en México surge en los años 70, y tiene su origen en las luchas de independencia y la revolución, es decir, fue el pensamiento liberal lo que dio espacio para ideas feministas como el voto femenino y el ingreso de las mujeres a los estudios superiores.
Se define al feminismo como el conjunto heterogéneo de ideologías y de movimientos políticos, culturales y económicos que tienen como objetivo la igualdad de derechos entre varones y mujeres.
Equidad de género
La equidad de género es vista como un fin en sí mismo. Busca la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, la eliminación de estereotipos de género y prevenir violencia de género. La igualdad entre mujeres y hombres es ante todo el derecho humano y una condición indispensable para lograr el desarrollo y la reducción de la pobreza, así como para el cumplimiento de los objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Para generar el crecimiento económico y el desarrollo social, es indispensable que las mujeres puedan garantizar su salud, incluida la salud sexual y reproductiva, el ejercicio pleno de sus derechos, una vida libre de violencia y espacios efectivos de participación en la construcción de políticas.
El rol de la mujer se ha diversificado para adaptarse a las necesidades actuales. La mujer busca desarrollarse como ser humano. Y en este punto según Martha Naussbaum las capacidades centrales para el funcionamiento humano serían; no morir prematuramente, procurar la salud y la integridad corporales, utilizar los sentidos, imaginar, pensar, razonar, saber manejar las emociones, vinculándose con cosas o personas a las que amar, por las que dejarse cuidar y sentir gratitud, reflexionar críticamente sobre la propia vida, vivir con y hacia otros, autorespetarse, respetar a otras especies, reír y jugar, controlar el propio entorno político y material. Busca el respeto y busca darlo y generarlo para sí misma.
Según el Foro de Economía Mundial advierte que será dentro de 170 años cuando la meta de haber cerrado las diferencias de género en la actividad económica y laboral será una realidad en el mundo. México mejoró en el índice de desigualdad de género 2016, mejoró 5 posiciones subió al sitio 66 del 71 entre 144 países analizados pero continúan ampliándose las diferencias en el rubro de la participación económica y oportunidades.
En nuestros días, la discriminación no ha desaparecido, sólo que las formas y maneras han cambiado, el progreso social también ha traído nuevos mecanismos para confrontar y violentar, por lo que la dimensión práctica se ha modificado pero su trasfondo sigue perpetuándose generacionalmente.
La discriminación laboral es un hecho creciente, según la última Encuesta de Población Activa (PEA) las mujeres sufren una mayor tasa de desempleo (24.7%) que los hombres (22.8%), los trabajos más precarios son para ellas, y lejos de alcanzar la paridad, la brecha salarial se acentúa.
En la actualidad, las mujeres tienen pleno protagonismo, invaden las universidades y compiten con los hombres en todas las áreas de la sociedad, tanto en los puestos de trabajo de jerarquía, como en las investigaciones científicas y la medicina, los puestos políticos de más alto nivel y en todos los campos de la cultura.
La participación de la mujer a la vida económica es un proceso de mucha exigencia personal, pues sobre su responsabilidad recae la estabilidad física y emocional de su o sus hijos, estabilidad que acarrea una enorme lista de funciones, las cuales deben realizarse sin descuidar sus labores profesionales. Hoy en día, la participación cada vez más recurrente de la mujer coadyuva a fortalecer a la familia, ya que la mujer protege y alimenta los lazos emocionales debido a su gran capacidad de entrega y valor.
*Mayra Medaly González
Psicóloga