Destituciones en Congreso, primera batalla
Sin Remitente/
Víctor Ulín/
Mañana martes, el diputado priista Manuel Andrade Díaz será ungido Presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Congreso de Tabasco en sustitución de José Antonio de la Vega Asmitia para dar cumplimiento al fallo de los magistrados de la Sala Regional de Xalapa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
El virtual Presidente de la Jucopo anunció que lo primero que hará tras protestar el cargo será correr a los titulares de Finanzas, Administración y Comunicación Social y en su lógica nombrar a personas a fines.
No tardó mucho en responderle al ex gobernador el diputado De la Vega y aseguró que no podría hacer ningún cambio.
El enfrentamiento por los ceses adelantados previo a la renovación en la titularidad del Congreso es solo un adelanto de las batallas que serán más frontales e intensas entre perredistas y priistas, y en particular entre Andrade y de la Vega- que afectarán la estabilidad y gobernabilidad del Congreso del Estado.
Las diferencias entre Andrade y De la Vega –que van de lo personal a lo político- se ahondarán y no habría que descartar una parálisis legislativa que impacte en los trabajos en comisiones y operación del Congreso.
Si minado en poder Manuel Andrade Díaz desafío más de una vez a José Antonio de la Vega en tribuna y en declaraciones, como titular de la Jucopo y coordinador de la fracción del PRI no esperen a que cambie.
Despojado del Control del Congreso, los diputados del PRD están, a pesar de su mayoría, en posición desventajosa y no pueden tampoco caer en el juego de Andrade so pena de afectar indirectamente al gobierno por las iniciativas que pueda mandar y que demanden pronta aprobación o destrabar de comisiones las pendientes. Tendrán, en su caso, que prepararse para responder y hacer valer su representación.
Por lo pronto, esta semana, en otras condiciones de poder, presenciaremos la primera batalla a cuerpo abierto entre Andrade y De la Vega, que cederá el control del Congreso a su principal adversario.