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Domingo 19, lo que ví

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Columna Non Serviam/

Leopoldo Emmanuel Benítez /Foto: www.amlo.org/

El pasado domingo 19 de febrero, Andrés Manuel López Obrador llevó a cabo un mitin en la Plaza de la Revolución de la ciudad de Villahermosa, como ya todos saben. El evento se tenía programado para empezar a las 17:00, pero a las 15:00 el flujo de asistentes era ya masivo. A las 16:00 era imposible acercarse al estrado. Poco antes de las 17:00 habían un par de desmayados, nada grave.

Incluso antes que Andrés Manuel llegara, la vibra era abrumadora. Cualquier indicación que el conductor del evento les pidiera hacer para exacerbar el ímpetu, los asistentes lo hacían. ¡Manos arriba! ¡Eeeeeeeeeh! ¡Viva AMLO! ¡Eeeeeeeh! ¡AMLO! ¡AMLO! ¡AMLO! ¡Nuestro líder!

Vi de todo, personas blancas, personas morenas, personas apiñonadas; ricos y pobres; de Villahermosa y de los demás municipios; desde las zonas más urbanas hasta los poblados más desfavorecidos. Ancianos, adultos, jóvenes, adolescentes, niños y bebés. Gente que fue sola, amigos y familias enteras.

Andrés Manuel llegó y la euforia explotó. Dijo lo de siempre, lo que se espera de él; atacar a la clase política y promesas para los estratos más vulnerados. Su discurso funciona porque, al fin y al cabo, todos los mexicanos queremos mejores programas sociales, reestructurar el tejido social, salir de la pobreza y ver sancionados a los malos servidores públicos.

Pero luego, ¡ay! Lo vi. Tenía que estar ahí para dar cuenta que las acusaciones de mesiánico no son gratuitas. No fue una metáfora, no fue una paráfrasis. Fue una comparación directa y literal elaborada por el conductor del evento:

“Si queremos entender a Andrés Manuel López Obrador, tenemos que leer la vida de Jesús.”

“¿Qué se llevó Jesús? ¿Dónde están sus casas?”

“¡Como Mahatma Gandhi, un movimiento pacífico!”

Al terminar el evento, los asistentes partieron. Algunos que se extraviaron de sus contingentes cayeron en la angustia de no tener ya transporte para regresar a sus casas. Basura por doquier, ni los carteles de apoyo a AMLO se salvaron.

Una vez simpaticé con Andrés Manuel López Obrador. Me dio repelús lo que vi el domingo. Me considero liberal, me considero de izquierda. Lo que vi no es izquierda.


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